
Hoy vengo a hablarte del último libro que me ha impactado, "Amar lo que es", de Byron Katie donde explica su método “El Trabajo”.
Es uno de esos libros que llega en el momento indicado y que sientes que puede suponer un antes y un después en tu forma de afrontar la vida.
Yo ya conocía por referencias el trabajo de Byron Katie, incluso lo había utilizado para trabajar mis creencia limitantes o las de mis coachees.
Sin embargo, leerlo me ha abierto otra dimensión.
No se trata sólo de tus creencias limitantes. Byron Katie en su libro nos habla sobre la ley del espejo en la que nosotros proyectamos en los demás todo aquello que no nos gusta de nosotros mismos.
Al final no es más que una trampa de nuestra mente que nos induce a pensar que nuestro sufrimiento se encuentra ahí afuera para que no busquemos en nuestro interior.
Así podemos permanecer en un estado de víctimas donde nuestra mente se va a sentir cómoda.
En "Amar lo que es", Byron Katie nos habla de que el sufrimiento es opcional, en última instancia no es más que una historia que tú te estas contando ya que la realidad es neutra y no te puede hacerte sufrir.
Si el cajero va muy lento, eso no es ni bueno ni malo, lo verdaderamente malo es la película que estás contando y eso es en lo que tienes que indagar para conocer que es lo que pasa en esa cabecita.
4 preguntas para dejar de sufrir
Hasta aquí te he contado algo que seguro que resuena contigo y que ya conocías. Lo bueno de “El Trabajo” es que no se queda en la teoría y te invita a indagar dentro de ti hasta que descubras esas causas de sufrimiento e insatisfacción.
“El trabajo” es un método muy sencillo, pero también muy efectivo. Si lo realizas vas a descubrir muchas cosas acerca de ti que hasta ahora habías escondido.
Pero para eso has de ser valiente y proponerte de verdad indagar en tu interior. No es suficiente con que conozcas “El Trabajo”, tienes que realizarlo, escribiendo cada día sobre todo lo que te hace sufrir.
Atrévete a juzgar
Siempre lo repetiré: juzgar es uno de los mayores ladrones de tiempo que existen.
Además, a nadie le gusta ser juzgados y cuando lo hacemos con los demás nos sentimos luego culpables.
El hecho es que aunque no queramos expresarlo con palabras, nos pasamos la vida juzgando.
A nuestra pareja, nuestros amigos, al vecino, al gobierno… Nuestra mente está constantemente pensando en lo que está bien o en lo que está mal.
Pues bien, Byron Katie nos indica que todos esos pensamientos son “oro” porque nos están indicando aquellos conflictos en los que debemos indagar.
Por tanto el primer paso de “the work” es juzgar al prójimo. Ponte a escribir todo lo que te molesta de tu pareja, sin pelos en la lengua. No te preocupes, nadie lo va a leer.
Vamos a suponer como ejemplo:
“Me molesta mucho de Lucia que no me escucha”
#1. ¿Es verdad?
Esta es la primera cuestión que tenemos que preguntarnos.
Porque muchas veces damos por hecho cosas que ni siquiera nos cuestionamos realmente. Tendemos mucho a generalizar, aunque esto no es lo más grave. Lo peor son esos pensamientos que tenemos cuando generalizamos.
En el ejemplo anterior “Lucía no me escucha”. ¿Podríamos decirlo en el 100% de los casos? ¿Nunca nos ha escuchado?
Cuando te haces esa pregunta, la verdad es que te sientes totalmente ridículo con esa tendencia a sobreactuar.
#2. ¿Puedes absolutamente saber que eso es verdad?
Esta segunda pregunta está pensada para todas aquellas creencias que tienes fuertemente arraigadas o si estás completamente enfoca@ en culpar a los demás de lo que te está ocurriendo.
¿Estás segur@ al 100% de que lo que piensas es verdad?
Desengáñate, no puedes saber lo que está pasando por la cabeza de otra persona, tampoco aunque te empeñes sabes lo que le conviene a nadie.
Como dice: Byron “existen 3 tipos de asuntos: los tuyos, los de los demás y los de Dios”
“existen 3 tipos de asuntos: los tuyos, los de los demás y los de Dios” Byron Katie @ponaccion
¿En cuáles te pasas la mayor parte del tiempo?
¿Sobre cuáles son los únicos sobre los que tienes poder?
Correcto: solo puedes actuar sobre tus propios asuntos.
#3. ¿Cómo reaccionas cuando crees en ese pensamiento?
Aquí es cuando la cosa se pone interesante. Cuando de verdad indagamos en nosotros mismos y descubrimos la insatisfacción que nos produce un pensamiento, que recordemos que era falso.
Como comentaba no es la realidad la que te hace sufrir, es la película que te cuentas en tus pensamientos.
En el ejemplo, que Lucía no te escuche no es ni bueno ni malo. Simplemente puede estar distraída, sumida en sus propios pensamientos.
Lo que ocurre es que tu sientes que como no te escucha eso significa que no le interesa lo que le estás contando, que no te quiere y lo peor que no te quiere porque no mereces la pena.
Cuando te quieres dar cuanta te has sentido solo, sin nadie que te quiera porque no vales nada y nunca nadie te querrá.
Sí, la mente es así de perra y de un hecho sin importancia construye un gran castillo.
A lo mejor piensa que estoy exagerando, presta atención a lo que piensas durante un día entero y ya me contarás que serie de paranoias te estás contando.
Piensa también en cómo te comportas con la otra persona cuando tienes ese pensamiento. Seguramente te alejes de ella o reacciones intentando llamar su atención o peor aún, castigándola.
Por si no te has dado cuenta, con esta actitud en lugar de solucionar tu causa de sufrimiento lo que estás haciendo es agrandándola.
#4. ¿Quién serías sin ese pensamiento?
Cuando descubres que es tu propio pensamiento el que te hace sufrir, buscas la persona en la que te convertirías si no la tuvieras.
Y siempre alcanzas las mismas conclusiones. Serías una personas más libre, más calmada y con mayor paz.
Invierte tus pensamientos para conocerte
El último paso que propone el trabajo de Byron Katie es que le demos la vuelta a las frases.
Cuidado, porque esto es una bofetada de realidad que te va a llegar a lo más profundo.
Y es que muchas veces cuando descubrirnos la realidad, duele, pero es verdad que este es el primer paso para sanarnos.
Podemos hacer 3 tipos de inversión:
- Hacia uno mismo
- Hacia la otra persona
- Hacia lo opuesto
Siguiendo con el ejemplo:
“Yo no me escucho” Atiende bien porque esta puede que sea una de las revelaciones. Tal vez lo que necesites es parar y escucharte. Necesitas escuchar a tu yo interior que te está pidiendo a gritos comunicarse contigo.
“Yo no escucho a Lucía”. ¿De verdad le escuchas cuando te habla? ¿Le has preguntado alguna vez por qué está distraída cuando te habla? Tal vez esté preocupada por algo y tú en tu esfuerzo por agrandar tu ego no has hecho más que mirar a tu ombligo.
“Lucía me escucha”. Tal vez ella si te escucha, lo que ocurre es que no lo hace como tú esperas, tal vez te gustaría que respondiera de forma diferente. Pero es que cada uno tiene una forma de actuar.
Sigue indagando hasta alcanzar la paz
Una vez terminado el trabajo vas a descubrir una tremenda sensación de paz. Seguramente la siguiente vez que te encuentres ante una situación reacciones de una forma totalmente distinta.
Pero también puede ser que no sea así, entonces felicítate. No es que el trabajo no funcione, es que no has indagado lo suficiente, pero tienes una buena oportunidad para seguir indagando.
Espero que estas 4 pregunta te ayuden tanto como me están ayudando a mí.
Haz El Trabajo cada día con en tus pensamientos y descubrirás que en breve estos comienzan a cambiar y por tanto tu realidad también cambia.
Ahora te toca a ti. ¿Qué es lo que más te molesta de los demás?
Ya sabes: ¡Comparte para ser feliz!
Muy interesante el artículo! Totalmente de acuerdo que nos pasamos el día creando una realidad que no existe por culpa de nuestra mente egotista, se nos llena la cabeza de pensamientos que solo hacen que llevarnos al sufrimiento por suposiciones incorrectas hacia la manera de actuar de los que nos rodean, causando así frustraciones internas que acabamos pagando con los demás, cuando el verdadero problema reside en nosotros mismos. Toma nota de este libro como próxima lectura! Gracias PonAccion por este gran aporte de valor!!
¡Hola José!
Gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario. Estoy totalmente de acuerdo contigo, son esas suposiciones las que nos llevan al sufrimiento.
Estoy seguro que «El Trabajo» puede también ayudar a tus coachees a conocerse más a fondo, son muy buenas preguntas que puedes utilizar con ellos.
Aunque como cualquier buen coach primero te recomiendo que practiques contigo para conocer «tu verdad».
Un fuerte abrazo